Con motivo de la última campaña de publicidad lanzada por Endesa, en la que se augura un futuro de energías renovables "para los hijos de nuestros hijos", el 21 de julio pasado la sede de la compañía en Madrid fue asaltada a primeras horas de la mañana por miembros de Greenpeace para colgar de la fachada principal una pancarta con el lema No destruyas la Patagonia.
La eléctrica española es socia mayoritaria de la empresa HidroAysén en Chile y se ha lanzado a un mega proyecto para la construcción de cinco grandes presas hidroeléctricas en la Patagonia, una región, según los ecologistas, protegida por su valor natural que se ha mantenido prácticamente intacta.
El proyecto se asentaría sobre los ríos Baker (en la imagen) y Pascua, completamente vírgenes, y, de seguir adelante, necesitaría dotar a la zona de una infraestructura compuesta de miles de torres de tensión (2.300 km de línea eléctrica), que recorrerían el territorio de sur a norte, carreteras, puertos o aeropuertos, y supondría un aumento de la población con el traslado de más de 4000 trabajadores a la zona.
El proyecto se asentaría sobre los ríos Baker (en la imagen) y Pascua, completamente vírgenes, y, de seguir adelante, necesitaría dotar a la zona de una infraestructura compuesta de miles de torres de tensión (2.300 km de línea eléctrica), que recorrerían el territorio de sur a norte, carreteras, puertos o aeropuertos, y supondría un aumento de la población con el traslado de más de 4000 trabajadores a la zona.
Algunas fuentes aseguran que la multinacional española aún no ha recibido la aprobación del proyecto por parte del gobierno chileno, a la espera de un estudio sobre el impacto medioambiental que dejaría más de 5.000 hectáreas inundadas, en una región de enorme interés por su potencial para generar energía hidroeléctrica, pero situada en un enclave protegido que constituye la tercera reserva de agua dulce del mundo.
En el vídeo puede verse cómo los escaladores de Greenpeace despliegan una pancarta que simula la misiva que Endesa lanzaba a sus trabajadores y a toda la sociedad, en su compromiso por dotar al planeta de un futuro sostenible, en el que tengan cabida las energías limpias, algo que ha generado el rechazo de diversas organizaciones no gubernamentales y sectores políticos por la transparencia de este tipo de iniciativas.
Finalmente, efectivos del cuerpo de bomberos retiran la pancarta y, horas después, los ecologistas descienden para reunirse con sus compañeros.
(fuente: elaboración propia, Greenpeace. foto: agencias).
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